Este lunes, un informe publicado en La Diaria del centro de estudios Etcétera, de cuenta de una realidad que es cada vez más palpable en Uruguay: los trabajadores siguen perdiendo ingresos a costa de las ganancias del gran capital. Es decir: las porciones de la torta son cada vez más desiguales.

En el año 2019, último prepandemia y último antes del cambio en el Gobierno, los trabajadores asalariados percibían el 41,5% del total del PBI. Y en este último año, el 2022, la porción correspondiente a los trabajadores fue de 40,3%. Es decir que bajó más de un punto porcentual en tres años, algo bastante pronunciado, según analizan los expertos.

Mientras tanto, si vemos el dato de cuánto del PBI le corresponde al “excedente de explotación bruta”, es decir a las ganancias del capital, en tres años, del 2019 al 2022, este creció un punto y medio: de 37,8 a 39,3%.

¿Y en el mundo?

Según un estudio de la organización OXFAM, el 1% más rico del planeta acumula casi el doble de riqueza que el resto del mundo en los últimos dos años. Si tomamos cifras desde el año 2020, ese 1% se apoderó de casi dos tercios de toda la nueva riqueza.

De este modo, la tendencia es que la brecha, lejos de revertirse, se acreciente en el futuro. La experta colombiana Gabriela Bucher, directora ejecutiva de OXFAM, señaló que esta década se perfila para ser la mejor en la historia para los más poderosos".

"Imponer impuestos a las grandes corporaciones y a los más poderosos es la solución a las distintas crisis que afrontamos hoy en día. Es hora de tirar abajo el mito de que los recortes de impuestos para los más ricos dan como resultado que su riqueza filtre a todos los demás", explicó.

A estar alertas

Lo que advierte la experta colombiana Gabriela Bucher se vincula al debate instaurado en nuestro país, con la postura del gobierno de no gravar a los más ricos y proteger a los llamados "malla oro".

Como señaló en su momento el presidente Lacalle Pou, la postura de su gobierno es no tocar a los más privilegiados, en el entendido que con la acumulación de ganancias, van a “derramar” su riqueza a los demás sectores de la sociedad.

Los números demostraron todo lo contrario. En lugar de empujar la economía, los malla oro acumularon ganancias. Recordemos que en la pandemia,  los depósitos que los uruguayos en el exterior se incrementaron en US$ 4.000 millones; mientras los depósitos se incrementaron en US$ 2.800 millones.

Durante ese período, el sector agroexportador maximizó sus ganancias, mientras muchas personas se quedaban sin empleo producto de las restricciones sanitarias.

Y es este modelo de desigualdad en la distribución a favor de los ricos es el que se esconde detrás de la reforma de la seguridad social que en nuestro país quiere imponer el Gobierno.

En sus diversas movilizaciones e intervenciones en la prensa, dirigentes de AEBU y el PIT-CNT han hecho saber a la población que esta propuesta que solo carga la financiación del sistema en los hombros de trabajadores y trabajadoras, obligándolos a trabajar más años y a cobrar menos, mientras que no se pide ningún esfuerzo a los sectores con mayor capacidad contributiva ni se resuelven inequidades ya existentes.

Hay otros modelos de financiación posibles y por tanto hay otra reforma de la seguridad social que es posible, más justa y más solidaria.