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8 de marzo: una tragedia que propició el trabajo digno

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8 de marzo: una tragedia que propició el trabajo digno

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123 mujeres murieron en el incendio de una fábrica textil de Nueva York el 25 de marzo de 1911. Este episodio trágico dio origen al Día Internacional de la Mujer y la suya es una historia que merece ser contada.

La idea de establecer el 8 de marzo para conmemorar el día de la Mujer tuvo como punto de partida una monstruosa tragedia que por sus dimensiones conmocionó a Nueva York. Los últimos tres pisos de un edificio de nueve plantas eran ocupados por la Triangle Shirtwaist Factory, una empresa textil en la que trabajaban 500 operarios, en su gran mayoría mujeres y niñas, por salarios de hambre. 

123 mujeres perecieron allí de la forma más dolorosa, estrellándose contra las puertas que sus jefes cerraban con llave para prevenir el robo de unos pocos retazos de tela sobrante. Fue así que saltaron por los huecos de los ascensores y los balcones, convencidas de que no había otra salida. No está claro cómo comenzó el incendio, pero se cree que pudo originarse en un fósforo o un cigarrillo mal apagado. Los tres pisos superiores del edificio de diez plantas del Greenwich Village ardieron de inmediato y unas 500 mujeres jóvenes, inmigrantes italianas y judías que trabajaban allí por un sueldo de alrededor de 15 dólares semanales, rápidamente se vieron rodeadas por las llamas.

Según los informes, en ese edificio solo había un pequeño ascensor que funcionaba y ningún sistema de riego. La escalera de incendios se rompió rápidamente por el peso las trabajadoras que intentaban huir desesperadamente y solo les quedó arrojarse al vacío.

Las condiciones laborales eran nefastas. «Estas mujeres no podían acercarse a hablar con el dueño, tenían que fumar a escondidas y no podían parar para comer», explicó Jane Hodges, presidenta de la organización Remember the Triangle Fire, creada para conmemorar esta tragedia humana. «Recibían bajos salarios, trabajaban largas horas y las puertas estaban cerradas con llave. No tenían derechos, protección o representación laboral. Era la clásica 'fábrica clandestina', a un paso de la esclavitud».

Al igual que lo que sucedió con la masacre de Chicago, este acontecimiento trágico despertó conciencias y levantó solidaridades. Esto sucedió en algunos casos con personas que vivían de manera holgada, alejadas de preocupaciones laborales.

Tragedia que cambió una vida

Frances Perkins era una de ellas; tenía 30 años y era una trabajadora social neoyorkina  que tomaba el té con unas amigas en el mismo barrio de Greenwich Village. Hablaban de temas intrascendentes cuando en medio de la tarde se sintió el ruido de las sirenas. Ella y sus amigas corrieron al otro lado de Washington Square, se sumaron a la multitud que presenció el incendio de la Triangle Shirtwaist Factory y enfrentaron a la peor cara del mundo del trabajo.

El incendio, y la inmediata movilización de los luchadores sindicales, tuvieron un profundo impacto en Perkins y ella se comprometió con la causa de las reformas. No tardó mucho tiempo en hacerlo; al año siguiente se había convertido en la secretaria ejecutiva del Comité de Seguridad, una organización no gubernamental fundada en los días siguientes al incendio con el objetivo de reformar todo el sistema laboral y seguridad para los trabajadores.

La repercusión de esta tragedia condujo a la creación de la Comisión de Investigación Fabril del Estado de Nueva York, a los pocos meses de sucedida. Frances Perkins fue contratada como investigadora para esta comisión, pronto dirigió las inspecciones de las fábricas e informó sobre las condiciones de seguridad y de salud. Como consecuencia de las amistades hechas en este trabajo, Perkins conoció y se hizo amiga de Eleanor Roosevelt y de su esposo, Franklin Delano Roosevelt. Mientras Roosevelt se recuperaba después de contraer la polio, Perkins lo ayudó a mantenerse en contacto con los líderes sindicales y aconsejó sobre los asuntos laborales. Después de que este político fue electo gobernador de Nueva York, en 1933, Perkins fue nombrada secretaria de Trabajo, con lo cual quedó transformada en la primera mujer secretaria de gabinete de la historia de los EE.UU.

Cuando terminó el auge económico y se produjo la Gran Depresión a fines de 1929 —menos de un año después de que Roosevelt asumiera el gobierno— Perkins se enfrentó a esa nueva realidad. Inmediatamente adoptó medidas para lidiar con el impacto de la Depresión en el estado de Nueva York. Más tarde, ella y Roosevelt se prepararon para extenderlas a un escenario nacional.

Fue así que en este contexto de avances de la legislación laboral y social Perkins lideró el esfuerzo para instituir el seguro de desempleo. También presionó para que se aumentaran los salarios de los trabajadores como medida para estimular la economía.

El mayor logro de Frances Perkins fue la elaboración del plan que se convirtió en la Ley del Seguro Social. Pero, como indica el historiador Mike Wallace, los beneficios obtenidos a menudo se pierden fácilmente. «Muchas de las reformas iniciales obtenidas a partir del incendio de Triangle recibieron la enérgica oposición de hombres de negocios conservadores, [quienes] retomaron las riendas rápidamente y pudieron detener, frustrar o invertir las iniciativas liberales». Wallace, a propósito del libro Triangle: El incendio que cambió a los EE.UU., del periodista David Von Drehle, escribió: «El New Deal expandió el terreno de la democracia social, pero para finales de la década del 30 los oponentes habían retomado la iniciativa y desmantelado un gran número de sus programas principales».

Joel Shufro, antiguo director ejecutivo del Comité de Nueva York sobre Seguridad y Salud Ocupacional durante 32 años, ha afirmado: «La red de seguridad que creció después de Triangle ha protegido a trabajadores y ciudadanos por generaciones, pero la están destruyendo las personas que sienten hostilidad hacia cualquier clase de reglamentación, tanto en Washington DC como en muchos estados». Seguramente que al tomar contacto con esta reflexión a los lectores les vendrá  a sus mentes la palabra libertad tan usada en nuestro país en los últimos tiempos, la libertad de los empresarios que postulan y logran menos regulaciones y menos Estado en desmedro de las clases populares.