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De “la tablita” a la extranjerización de la banca

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De “la tablita” a la extranjerización de la banca

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Tras el quiebre de la tablita en el año 1982, los grandes propietarios rurales y los capitales extranjeros lograron imponer sus intereses con el resultado de la extranjerización de los bancos privados en Uruguay. Repasamos las palabras del economista Juan Manuel Rodríguez.

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Su participación se enmarcó en el conversatorio titulado "Dictadura y sistema financiero: la instalación de un modelo económico". El evento, organizado por AEBU, tuvo lugar en la Sala Camacuá y fue concebido como parte de las conmemoraciones de los 50 años del golpe de Estado, buscando analizar diferentes aspectos de la dictadura cívico-militar.

Rodríguez comenzó contextualizando la situación en Uruguay durante la época de la dictadura cívico-militar, señalando los problemas estructurales que existían, como la elevada inflación, el desequilibrio de la deuda externa y el alto endeudamiento. Estos desafíos llevaron a la implementación del Plan Nacional de Desarrollo entre 1973 y 1977, con el objetivo de abordar y solucionar dichos problemas.

El plan se centró en el sector agropecuario, pero se vio obstaculizado por medidas tomadas por la Comunidad Europea, que redujeron los precios de los productos de exportación de Uruguay. Ante esta situación, el país tuvo que cambiar su enfoque hacia las "exportaciones no tradicionales". Sin embargo, en 1978 se produjo un cambio en el contexto internacional, con una crisis financiera y varios países subdesarrollados tomando medidas en defensa de sus sistemas financieros, por lo que existe una mayor liquidez internacional; y varios países como Uruguay, queriendo captar esos capitales.

En este contexto, se llevó a cabo una liberalización financiera a partir de 1978, lo que permitió la entrada de capitales y facilitó la inversión. Muchos capitales se endeudaron, especialmente en el sector agropecuario, aprovechando las oportunidades brindadas por la política de promoción de la inversión.

Aparece entonces la implementación de "la tablita", que consistió en fijar el valor del dólar con anticipación, lo que llevó a un retraso cambiario significativo y generó un gran negocio para aquellos que habían comprado dólares previamente. Sin embargo, cuando la tablita colapsó, el dólar se multiplicó por dos veces y medio, lo que resultó en dificultades para aquellos que se habían endeudado.

Rodríguez destacó que la deuda se concentraba en algunos sectores agropecuarios, principalmente grandes propietarios rurales que también tenían relación con el sistema bancario. Tras el quiebre de la tablita, los bancos comenzaron a ejecutar las deudas de estos deudores. Sin embargo, en 1982 durante el Congreso de la Federación Rural, el sector rural propuso suspender las ejecuciones y refinanciar las deudas de manera razonable, lo cual implicaba una reducción significativa de la deuda.

“Sorprendentemente” (o no tanto, ya que existían múltiples vínculos entre el sector financiero y rural) , los bancos respaldaron estas propuestas a pesar de estar ejecutando las deudas. El gobierno suspendió las ejecuciones y abrió espacio para la renegociación de las deudas.

En ese momento, el Citibank envió una carta al Banco Central, respaldada por el Bank of America, proponiendo la compra de carteras de deuda incobrable por parte del Estado. Esto permitiría sanear los bancos y prepararlos para ser adquiridos por la banca extranjera.

Los bancos más endeudados eran los bancos nacionales, y la compra de carteras implicó un proceso de extranjerización de la banca privada. Como resultado, la banca privada nacional prácticamente desapareció, y el sistema financiero uruguayo quedó conformado por el Banco Central, bancos extranjeros y bancos oficiales.

Este proceso de extranjerización de la banca tuvo un costo significativo para Uruguay, estimado en al menos 600 millones de dólares. Rodríguez destacó cómo las alianzas entre el gran capital rural y financiero, respaldadas por el Estado, permitieron sanear el sistema financiero y proteger los intereses de los sectores dominantes, a expensas de un alto costo para el país y la sociedad toda.

El economista subrayó que este episodio es un ejemplo de cómo funciona el capital y el sistema capitalista, donde los intereses de los grandes capitales a menudo prevalecen sobre los intereses nacionales. Además, destacó la presencia de estrechos vínculos entre el sector rural y el sector financiero, evidenciados por la participación de personas con relaciones íntimas en ambos sectores en el directorio del Banco Comercial en ese momento.

El proceso de extranjerización de la banca privada en Uruguay dejó una marca en el sistema financiero del país, con implicaciones duraderas en su estructura y funcionamiento.