En un acto de solidaridad internacional, centrales sindicales de 26 países se reunieron en la Sala Camacuá para mostrar un fuerte respaldo al pueblo argentino frente al avance de la extrema derecha en su país.

La jornada, organizada por la Confederación Sindical de Trabajadores de las Américas (CSA) en conjunto con la Confederación Sindical Internacional (CSI), tuvo como objetivo principal defender la democracia y los derechos sociales, laborales y sindicales en Argentina.

El evento se desarrolló en un contexto de creciente preocupación por las políticas implementadas por el gobierno argentino encabezado por Javier Milei, cuyos decretos y legislaciones han sido señalados como un ataque directo a los derechos fundamentales de la clase trabajadora.

El DNU 70/2023 y la llamada Ley Ómnibus han sido especialmente cuestionados por socavar las bases del Estado de Derecho y vulnerar los derechos laborales y sindicales.

En la apertura del acto, Fernando Gambera, secretario general de AEBU, destacó la importancia histórica de la Sala Camacuá como un espacio emblemático de resistencia durante la dictadura y reafirmó la necesidad de la integración y la solidaridad en las luchas sindicales y sociales.

“Las casas sindicales tienen que ser un espacio que aglutine todas las luchas, las disidencias y las expresiones sindicales; ése es el modelo de desarrollo posible para América Latina. Por lo tanto, sigamos integrando nuestras luchas para ser cada día un continente mejor para nuestra gente”, dijo.

Rafael Freire, secretario de la CSA, expresó su preocupación desde el primer día de gobierno de Milei, caracterizando al mismo como un régimen de extrema derecha que ha socavado la democracia argentina mediante tácticas violentas, represivas y legislativas antidemocráticas. Freire resaltó la importancia de la solidaridad internacional, subrayando que la comunidad sindical mundial está atenta a la situación en Argentina y comprometida con la defensa de la democracia en el país.

Hugo Godoy, secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), detalló las consecuencias negativas de las políticas implementadas por el gobierno de Milei, incluyendo la paralización de obras públicas, despidos masivos tanto en el sector estatal como privado, recortes presupuestarios, pérdida de salario y poder adquisitivo para los trabajadores y jubilados.

En sus intervenciones, los dirigentes sindicales recalcaron la importancia de mantener la resistencia y la solidaridad internacional en defensa de la democracia y los derechos fundamentales en Argentina. La comunidad sindical internacional reafirmó su compromiso de apoyar al pueblo argentino en su lucha por preservar la democracia y los derechos sociales en un contexto de creciente autoritarismo y represión política.